Con una buena planificación, cuidándose a sí misma y conociendo las tareas a realizar con el familiar atendido, la labor será más fácil.
La persona cuidadora debe darse cuenta de que cuidar de sus propias necesidades es tan importante como hacerlo de las de su familiar, porque el bienestar de él depende directamente del bienestar de la persona cuidadora.
El éxito en el cuidado depende del grado en que las personas cuidadoras cuiden de sí mismas, y concedan tiempo y atención suficiente a sus necesidades personales.
Para ello es importante que la persona cuidadora participe en programas educativos que proporcionen información sobre la enfermedad y/o situación de dependencia, su evolución y las habilidades necesarias para hacer frente a las diferentes situaciones. Otro recurso son los grupos de ayuda mutua, donde poder sentirse comprendida por otras personas que están en la misma situación y poder encontrar soluciones o ayudas aprendiendo de la experiencia de otros participantes.
En Gizagune hemos creado una escuela de familias que une los programas educativos, con el grupo de ayuda mutua, dinamizado por una psicóloga especialista en gerontología.
En los programas de apoyo a la persona cuidadora y de prevención de situaciones de sobrecarga se trabajan, entre otros, estos aspectos:
Cuidarse a una misma, atendiendo las propias necesidades
Reconocer los sentimientos negativos y aprender a gestionarlos
Poner límites al cuidado
Pedir ayuda
Informarse de recursos disponibles que facilitan la tarea
Planificar las actividades de atención al familiar y organizarse el tiempo
Aprender a manejar situaciones difíciles en el cuidado: agresividad, irritabilidad, ansiedad, insomnio, deambulación, apatía, etc…
Aprender técnicas de comunicación específicas ante la situación del familiar
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